Sonntag, 14. Februar 2010

EL MISMO FEBRERO EN LA NOCHE

Ups! el reloj que tranca la puerta suena...
No es que no quiera hablar. Como ya le he dicho señor, no soy muy dada a hablar por teléfono.

Osea, me has engañado durante mucho tiempo.

No, no es eso. Lo que pasa es que a veces no me da miedo. Hoy sí
… el reloj insiste....

Es porque el tiempo corre...


Pues yo insisto en que hoy sí tengo miedo.

Prefieres hablar sola?

mmm... No sé, porque no sé cuál será la mejor forma para que no piensen que estoy loca.

Y si ya es muy tarde señorita?

Oh, oh... Tiene usted razón señor. Lo mejor sería poder borrar esta conversación desde el momento en que empecé a hablar de más.

FEBRERO

Miraste las latas de atún?
No, igual creo que ya se las comió el perro.
Se llamaba Suspiro. Seguró comío algo que le cayó mal y murió.
El atún?
Lástima, era muy juicioso porque muy a menudo iba a clase.

Pero tal vez la historia es otra. Porque eso pasó mientras miraba entre los huequitos de la ventana para encontrar algo fotográfico. Pero todo lo fotográfico había decidido largarse a la India. O eso fué lo que dijo. Yo más bien creo que encontró unos ojos femeninos más grandes y un ombligo para chupar. Unas piernas más largas para enroscarlo por completo tampoco caerían mal.

Habla de hoy, de ayer o de mañana?
Mire señor. La verdad no sé. Es que a veces confundo las horas del reloj y llego tarde a tomar el tren. No uso reloj pero uso celular. Y no soy muy dada a hablar por teléfono. Aún así sigo siendo puntual, pero ya entenderá usted por qué se lo digo.

Pero volvamos al tema.
Ah sí, sí... perdón. Es que esas preguntas suyas me hacen pensar en otras cosas.
Y eso no es luego lo que quiere?
Siiiimmm... Pero es que usted sabe, la cabeza funciona como una cajonera y mientras uno busca el chal de la abuelita para ponerse esa noche, CHAN! Aparece eso que uno no esperaba encontrarse.

Me provoqué de las fresas carnosas del cuento. Dejemos así por hoy, le parece?